Escuelas y grupos de crianzaCipí, espacio de crianza respetuosa y al aire libre en Poblenou   

Cipí en italiano se pronuncia chipí y es el nombre de un gorrioncito, protagonista de una popular historia escrita por Mario Lodi, educador, escritor y pedagogista italiano que ha rediseñado el valor educativo en la escuela, el cambio de aspectos y las metodologías.

Un cuento precioso que leyeron en su infancia Chiara y Anna, dos amigas y educadoras, que comparten pasiones y valores, su visión del mundo, de la ecología, del feminismo, de los derechos humanos, de la crianza y de la educación, y que hace seis años juntaron fuerzas e ilusiones para crear este hermoso proyecto: Cipí, espacio de crianza respetuosa y al aire libre en Poblenou.

En Barcelona, después de unos años dedicadas a acompañar a niñas y niños como madres de día, sintieron la necesidad de trabajar de nuevo en compañía y de compartir su camino con otras profesionales para así enriquecer su experiencia. Este hecho, junto a su visión compartida acerca de la crianza de sus propios hijos e hijas, les motivó a crear Cipí, una asociación sin ánimo de lucro  que se desarrolla desde la perspectiva de la economía feminista y de la autogestión.

Me cuentan con ilusión que desde un primer momento quedaron sorprendidas por su conexión en la creación del proyecto. Ambas coincidían en cada uno de los puntos y como bien dice Anna,“Las dos somos muy conscientes de la importancia de los primeros tres años de vida de nuestros peques, donde quien acompaña tiene que ser capaz de ponerse en el lugar del bebé, de brindarle amor y cuidados y de atender a sus necesidades físicas y emocionales. Por eso apostamos por un grupo reducido y por un proyecto enfocado a la felicidad y a las necesidades de las criaturas. Sentirse cuidados como en su propia casa y salir cada ida al aire libre, mínimo un par de horas, ¡son fundamentales para su bienestar!”

Anna y Chiara entienden el acompañamiento y la educación en general como un proceso en constante trasformación, una criatura viva… Por ese motivo siguen formándose, constantemente, cada una siguiendo sus inclinaciones personales e intereses: la naturaleza, las emociones, la comunidad, la sostenibilidad, las relaciones humanas, el cooperativismo, el crecimiento personal…

La formación, dicen, es parte fundamental de su trabajo y de sus vidas:

No hay cambios si no hay consciencia de lo que se puede mejorar.

Acompañar es escuchar, abrir el corazón al otro.

Su forma de ver las cosas tan próxima la una de la otra dota a Cipí de una gran coherencia tanto en el fondo como en la forma.

Iniciaron el proyecto en 2014 y siguen felices en su lindo local. Unos luminosos bajos en la plaza más bella del barrio, la Plaça de Prim. Los niños y niñas de Cipí tienen el enorme placer de poder usar esta plaza a modo de patio. Pueden escalar sus viejísimos árboles como si de un rocódromo se tratase, correr con las palomas, hacer juegos de agua con la antigua fuente de la plaza, ver el ir y venir de los vecinos. Además, están a pocos pasos de la playa, (lugar al que van muy a menudo), del mercado, de la biblioteca, de los jardines del barrio y de algunos rincones naturales ricos de árboles y plantas aromáticas.

En su camino Chiara y Anna encontraron a Gimena, maravillosa colaboradora y entusiasta del proyecto. “Después de muchos años dedicada al ámbito terapéutico como psicóloga infantil, sentí la necesidad de acompañar a la infancia en un espacio que fuese generador de salud psíquica. Esto es lo que siento que hacemos en Cipí: promover recursos y vínculos sanos que acompañen el desarrollo evolutivo de niñas y niños”

En Cipí los materiales, son pocos pero adaptados para la seguridad de los más pequeños (preferiblemente de madera), ya que al equipo les gusta dejar espacio para los elementos naturales que encuentran en sus paseos, en el parque, en la playa…Palitos, hojas, piñas y todo aquello que les brindan sus continuas salidas al exterior.

En Cipí se atiende a las necesidades reales de los niños y niñas, se les escucha y se les respeta.

¡Incluso me explican que muchas mañanas son los propios pequeños quienes, de forma natural, proponen a dónde quieren ir o qué quieren hacer!

Proyecto educativo

Cipí es un proyecto dedicado a acompañar a las criaturas y a sus familias en el desarrollo evolutivo, con una mirada amorosa y respetuosa, pensado para un grupo reducido de 9 niñas y niños entre los 9 meses y los 5 años, con dos posibilidades de horarios: de 9h a 14h o de 9h a 16h.

Los grupos son interculturales, y los idiomas vehiculares son el castellano y el italiano. El inglés también se habla ya que contamos con practicantes anglófonas que vienen periódicamente a visitarnos para conocer nuestra forma de trabajar y la ciudad.

Los pequeños traen la comida de casa: “En los primeros años de vida es importante para las criaturas el vínculo con la comida casera, preparada según el gusto, la textura y la tradición de cada familia”, explica Chiara.

La autorregulación, el amor, el respeto y las salidas diarias son los pilares del proyecto de Chiara y Anna el cual se desarrolla a través de la presencia y la confianza, desde el primer día.

En Cipí no hay obligaciones sino más bien invitaciones, juego libre y tres límites esenciales: el que precisa ser respetado (en la relación con los demás), el que precisa ser traspasado (miedos y limitaciones) y el que necesita ser desarrollado (el interno, que regula la impulsividad y preserva la privacidad).

Esto se aplica en todos los momentos ¡y lo cierto es que les funciona de maravilla!.

En Cipí, el equipo no dirige ni interrumpe. Los niños y niñas actúan y juegan por el placer de jugar, no para obtener ningún tipo de recompensa o aprobación,  y jugar en el entorno natural tiene numerosos beneficios: cognitivos, sociales, físicos, emocionales…

Hay un proverbio africano que les gusta mucho y que resume la filosofía de Cipí: “Para educar a los niños y niñas hace falta la tribu entera”.

Si quieres más información, mira su página de Facebook, y su perfil de IG.