En japonés, Sakurami significa ‘admiración del florecimiento de la sakura’, que es la típica flor rosa del país nipón. Pero también es el nombre de un nuevo salón de belleza con trayectoria, ya que desde el año 2001, ha ido consolidando centros en ciudades como Moscú, Londres o Dubai. En Barcelona, el salón de belleza Sakurami acaba de abrir sus puertas frente al Turó Park, lo cual es un buen aliciente para visitarlo con niños, ya que antes o después de la peluquería, siempre pueden ir un rato a jugar a este parque.
El segundo aliciente para visitarlo es que, cuando pasas delante de la puerta, tiene una pegatina con un oso donde indica que es un centro ‘Kid friendly’. En Sakurami, los niños son bienvenidos: primero, porque tienen una sala de estar para leer, jugar y ver los principales canales infantiles en la televisión; lo cual es una idea bárbara si tienen que esperar a ser atendidos o a que la madre se haga algún tratamiento de belleza. Y segundo, porque los tratan como los auténticos reyes de la casa, ya que la filosofía de Sakurami es que ‘la belleza está en los detalles’.
Desde el primer momento, los niños se sienten más que mimados, ya que los atienden profesionales a los que se les nota que disfrutan con su trabajo y con los niños.
Los productos que utilizan son de primeras marcas, que dejan el cabello de los pequeños suave y con un olor que les va a encantar. Además, te preguntarán a ti en todo momento si te parece bien cómo les están cortando el pelo y si quieren algo para beber. Verás que, con su botellita de agua (también hay zumos), les traerán un paraguas de chocolate y un Chupa Chups, en una bandeja.
El único hándicap de Sakurami es que las batas son larguísimas; van a tener que recortar algunas para los niños. Porque el precio, que podría parecer prohibitivo dadas las características del salón, es sólo un poco más caro que una peluquería tradicional: te hacen el 50 por ciento de descuento del precio de adulto, en función del tipo de corte, de si hay que lavar el cabello o no, etc.
