Entre la gran oferta gastronómica de la Barceloneta, uno de los barrios más auténticos de Barcelona y ahora también más turísticos, está la del restaurante El Guindilla. A primera vista parece un bar de tapas con un toque canalla, sin embargo es el lugar perfecto para comer con los peques. Comida excelente, espacio amplio, una terraza abierta a la gran plaza de Joan Bosch, con parque incluido.
Esos son algunos de los “pequeños detalles” que lo convierte en un lugar perfecto para ir con niños. Está dentro del mercado de la Barceloneta y su oferta gastronómica pasa por una minuciosa selección de las materias primas, frutas y verduras de proximidad y pescado, traído directamente de la lonja, una de las maravillas del antiguo barrio de pescadores.
Puedes emplear un buen rato eligiendo entre la gran variedad de la carta, donde las tapas se reinventan en platos sanos y sabrosos como el hummus de berenjenas o la parrillada de verduras. Su menú semanal del mediodía es un auténtico lujo, con opciones para todos los gustos y que además te puedes llevar a casa.
El espacio, amplio, está pensado para acoger al público familiar. Su jefe de sala lo tiene claro: los niños son lo primero. Conscientes del valor de inculcar la necesidad de una buena alimentación desde pequeños, el equipo de El Guindilla, trabaja con nutricionistas para ofrecer un menú infantil sano y equilibrado. Cuidan al máximo la elaboración de los platos eligiendo formas de cocinar sencillas y saludables que contribuyen a mantener las propiedades nutricionales de los alimentos. Entusiasmados con la idea de revolucionar el menú infantil han elaborado una propuesta donde los peques puedan elegir entre los tradicionales macarrones, el plato estrella para ellos, con una salsa de tomate natural y ecológico o el cus-cus con verduras. Todo ello seguido de pollo de corral, al horno, sin pizca de grasa o sardinas recién sacadas del mar.
Aunque lo más #foodiekids de El Guindilla son las propuestas saludables que salen de sus fogones, no podemos dejar de mencionar los detalles que lo hacen único e ideal para ir con peques.
Empezamos por el gigantesto zepelin que preside el altísimo techo, la luz que dejan pasar las paredes acristaladas, las tronas, los colores para pintar y unos lavabos especialmente pensados para los más pequeños, con cambiador y lavamanos a su medida ¡Advertencia! Si entran a ellos puede que no quieran salir pues son como un divertido “parque temático” inspirado en el mundo ecuestre, ¡hay que verlos!
Además, durante todo el año 2015, El Guindilla se compromete a ofrecer a sus clientes una opción infantil según los preceptos de nuestro manifiesto #Foodiekids, que tiene como objetivo “Aficionar a los niños al buen comer”. ¡Gracias por apoyar nuestra causa!
Fotos y texto: Esther Grau de Cada día es domingo